lunes, 28 de enero de 2008

No voy a aceptar la condición de roedor/a

Soy tigre, y un gato no me sacia, a la larga...
Soy de fuego, poco recomendable para la polvora!
(y vos no sos mas que un polvo) y hoy no es exploción lo que busco
Lo que busco son mareas metálicas o estampidas aladas
......... complemento para contrarrestar este incendio!

jueves, 17 de enero de 2008

GATO ESCALDADO

CAPITULO DIECISEIS-
Una carta de despedida hecha pedazos


Me preguntais por qué.Os contestaré. Porque estoy cansado de vivir. Cansado de vivir en este mundo de pequeños perros, de pequeños sentimientos, de pequeñas satisfacciones. Se debe estar contento, pero yo no quiero estarlo. No quiero estar satisfecho como un perrito. No hay nada tan repugnante como cuando los perros regresan a casa después de haber vivido sus perrunas aventuras. Yo he sido un perro grande. Pero ni siquiera uno de los grandes quiero ser, aunque siempre es mejor que ser un perrito insignificante. No hay otra opción que ser un perro grande o un perro pequeño.
He sido un perro grande porque os he engañado a todos vosotros. También he sido un perro pequeño puesto que en parte me he engañado a mi mismo. En el pequeño mundo de los perros todos nos hemos engañado a nosotros mismos. En el pequeño mundo de los perros todos soñamos en aventuras perrunas. Pero ante la más grandes de las aventuras nos acobardamos. Tenemos miedo, pánico, de vivir puros, que es la única aventura que merece la pena emprenderse. En el pequeño mundo de los perros la indecencia es peor que lo inmoral. En él no se sabe que sólo existe una cosa inmoral: pretender hacer daño a los demás con plena conciencia de lo que se va a hacer. En el pequeño mundo de los perros, la pasiva maldad es más activa que la activa bondad.
En el pequeño mundo de los perros todos somos jugadores tramposos. En el pequeño mundo de los perros hacemos las cosas sólo porque sí. Por hacer algo alimentamos a los perros con trocitos de nuestros sentimientos. Por decir algo decimos amar a cada perrito pequeño que vemos. Por eso nadie puede amar de verdad en el pequeño mundo de los perros. Por eso no hay nada de verdad en el pequeño mundo de los perros. Ni siquiera la falsedad. En el pequeño mundo de los perros incluso los jugadores tramposos hacen trampa haciendo sus trampas. En el pequeño mundo de los perros no se necesita creer en nadie. Por eso nunca se tiene a nadie. Si tenemos a alguien lo tenemos porque sí, porque en el pequeño mundo de los perros todo lo que ocurre es así.
En el pequeño mundo de los perros los perros viejos no tienen nada que decir a los perros jóvenes. Si tuvieran algo que decir tampoco se atreverían a decirlo, pues en el pequeño mundo de los perros nadie esta seguro, ni cree en lo que él mismo dice. Ni siquiera la mentira es auténtica mentira. En el pequeño mundo de los perros mienten las verdades y dicen verdades las mentiras. Por eso todo es igualmente cierto e igualmente falso. Por eso creeríamos ambas cosas si en el pequeño mundo de los perros hubiera algo en lo que nos atreviéramos a creer.
En el pequeño mundo de los perros nadie es feliz, pero tampoco nadie es desgraciado. La forma más común de felicidad es la indiferencia. Los sentimientos más generalizados son ridículos. Los pensamientos aún lo son mucho más. En el pequeño munso de los perros no se llega a comprender núnca que lo que hace que la situación de los perros sea insoportable, es quev el discernimiento de éstos puede analizarla.
En el pequeño mundo de los perros todo el mundo podría vivir como quisiera si por lo menos supiera lo que quiere. En el pequeño mundo de los perros nadie se atreve a hacer caso de lo que se cree que se quiere porque dentro de cada uno hay un falso traidor. Sólo hay una cosa que se quiere de veras. Y es transformarse en otro. Cuando uno se ha transformado en ese otro, en seguida se quiere transformar en otro. En el pequeño mundo de los perros todo cambia. Incluso las piedras. Sobre las piedras de la honradez se ponen las de la deshonra. Incluso las máscaras cambian de máscara. A cambiar de máscara le llaman desenmascararse. Uno se avergüenza de haber nacido en el pequeño mundo de los perros. Si no se avergonzaran también de morir, muchos lo harían. Incluso avergonzarse resulta vergonzosoen el pequeño mundo de los perros.
La única esperanza que les queda a los que se aburren en el pequeño mundo de los perros, es llegar a ser perros grandes. La única ventaja que tiene ser un perro grande en el pequeño mundo de los perros, es que no le da a uno vergüenza morir. Pero lo que no se puede evitar es avergonzarse de vivir, sobre todo si se es un perro grande.
Por eso yo hago lo que hago.


Stig Dagerman
(Suecia 1923- 1954)




Cuando creías haberme atrapado entre sueños, mi cuerpo comenzó a vibrar frágil desnudándose de tus brazos, revoloteando hasta sacudir la cama.
Te asustaste, y en tu asombro revolviste las sábanas buscándome, hasta quedar rendido, solo y dormido.
La luz se filtró delgada por la persiana tiñendo de púrpura las paredes de la habitación, donde dormías acurrucado en el medio de la cama como un carozo de fruta.
La claridad del cuarto ya era de un rosa opaco y empecé a enroscarme suave como una lila por tus pies, apretándote en las nalgas, ondulándome turquesa por tu espalda
y te sentí respirar
Por la nuca me até fucsia, gruesas lenguas ajustaban tu cuello
y silbabas.
Mientras trepaba por tus orejas rojo fuego reías.
Ya estabas despierto - ¡Buen día! - dije desde tus labios y abrí las alas despegándome de tu cuerpo.
Te diste vuelta y boca arriba me buscabas. Tus ojos corrían por el techo sin pestañear.

Un aura brillante y majestuosa invadió la habitación
altar de rituales

Entonces aparecí sagrada y enfrentados me observabas
Sin comulgar admirabas mi cuerpo en oración
Hipnotizado
bailaste bajo mis ojos violetas
a danza de los cuatro brazos.

miércoles, 16 de enero de 2008

Invisible

La bestia camina con su cola de seda.
Es muy joven todavía.
Sus movimientos desfiguran la belleza que la disfraza
y tras un delicado manto de oro, puede vislumbrarse
el extraño trazo que la dibuja.
Se desviste poco a poco.
Paso a paso se descose, se desarma y despega,
hasta que por fin
queda la última porción de su esplendor.

jueves, 10 de enero de 2008

Jaqueca de pecho
Hartazgo del asco
As cosa de soledad
Soles del mismo color
Meses sin días
Noches sin años
Caras sin rostro. Fulminan mis ojos.

Jamas pensé que alguien podría hacerme daño...

Hablando con Sólosexo

¡Hola! ¡Cómo estás, tanto tiempo! Seguro que bien a tu manera.
¿Cuándo queres que valla para tu casa? Cierto que te molesta armar una cita.
Bueno, vamos a practicar: Voy un domingo, aunque no sea el día que más me guste, porque el lunes no trabajas.
Cuando abrís la puerta del edificio ninguno de los dos habla.
Pasamos por adelante del espejo de la entrada. No nos miramos.
Entramos en tu departamento. Hay olor a sahumerio. Pones un CD de 2pac, me gusta, es romántico pero doloroso. Compraste una pava para el mate así que la pones sobre el fuego.
Es de tardecita. No me importa que puedas estar con resaca del sábado,hay mucha luz en tu casa a esta hora.
Llevamos el mate a la cama. Sigue estando ese acolchado tan colorido, me da risa pensar que lo pusiste vos. Me acuesto del lado derecho, esta vez no miro para el lado de la ventana que da al patio. Te miro a vos. Tenes los ojos cerrados. Te acaricio la cabeza aunque me cuesta hacer caricias y me impresiona la cicatriz que corona tu mollera desnuda. Te acaricio la frente, mis uñas pintadas de dorado rodean tu tercer ojo y se desliza hasta la lagrima que tatúa tu mejilla. Parece una esquirla de metal. Tus ojos siguen cerrados. Mi lengua delinea tus labios, están intactos, decorados por un bigote oscuro. Sabes que me encantan los pelos de tu piel blanca y te sacas la remera. Quiero subir sobre tu cuerpo. Me agarras de la cintura y me posas frente a tus ojos. Ya sin remera apoyo las tetas sobre la alfombra de tu pecho y descanso mi cabeza en tu cuello. Pienso en muchas cosas para reprocharte, pero realmente ya no sirve de nada. No me darías ninguna explicación.

miércoles, 9 de enero de 2008

Puede ser que mi risa
destiña tus palabras
y el nudo de tu furia
ruborice mi rabia.

Pero tengo callos en los ojos
de andar callada.