lunes, 29 de diciembre de 2008

Ella... (let me in the blues) XI

Salí de la tienda con la sensación de que había dado con la persona que me ensañaría no sólo a cantar, sino todo lo que debería saber en este momento de mi vida. Como si esta mujer hubiera sido ideada por el destino y empujada a mi encuentro, saliendo de un rincón del camino en el momento preciso en el que yo tenía que aprehender lo que hasta ahora era un secreto, un secreto para mí y para Ella. Algo casi inevitable y necesario para seguir viviendo, esta mujer iba a develarlo.
Y camine hasta mi casa bajo el sol del medio día, por primera vez las cuadras se me hacían interminables, veredas largas y pegajosas como mis reflexiones en ese momento, los pensamientos se movían de manera extraña, sin fuerzas como empalagados.
Cada paso era una idea, no tan rápida como pesada y llegar al final de la cuadra era redondear un concepto, tomar una decisión pero al empezar la cuadra siguiente todo perdía forma, se desbordaban los pensamiento abarcados. Mi cabeza era una gran confusión, las ideas se apelmazaban y yo podía sentir cómo los pensamientos ocupaban lugar en la mente.
El sol de ese medio día ya no era el mismo de siempre.

lunes, 15 de diciembre de 2008

Ella... (let me in the blues) X

Las cosas en general escapan a mi control. Y si es así tengo que dejar que las cosas sean.
Sin juicio, sin valor, sin hacer trampa. Ella sabía muy bien hacer trampa, la mayoría de las veces yo no me daba cuenta, era su mayor habilidad.
Pero precisamente las trampas eran mis mayores obstáculos. Ella se entretenía enredando mis sentimientos, asfixiaba el placer, no dejaba que el deseo se desenvuelva ni dentro ni fuera de mi cuerpo. Las cosas no podían ser.
Había un lugar donde yo, de alguna manera si no podía controlarla a Ella, por lo menos escapaba de su control y ese lugar era la voz. Este espacio liberaba las distorsiones que tensionaban en el interior. La voz era tierra franca, era zona deliberada, lugar de nadie o de todos los que la escuchaban, era expresión y ya no tenía dueño, sobrepasaba todo tipo de control.
Me gustaba cantar, así que busqué alguien que supiera darme clases y conocí
a una mujer que tenía un negocio de telas a pocas cuadras de mi casa.
Había sido una bailarina de vodeville muy reconocida en su juventud pero su vida estaba llena de desilusiones y se fue oscureciendo hasta abandonarse en la soledad de sus cuarenta años y un cuerpo marchito por la luces del éxito. Ahora sólo se dedicaba a cantar y a enseñar técnicas de afinación en su casa donde vivía con la compañía de nueve gatos.
Y me entregó una tarjeta de presentación sostenida por una mano temblorosa llena de anillos. Su nombre era Leia Disna.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

I wish you where here -Pink Floyd

ASÍ QUE CREES QUE SABES DISTINGUIR
EL CIELO DEL INFIERNO
EL CIELO AZUL DEL DOLOR
¿SABES DISTINGUIR UN CAMPO VERDE
DE UN FRÍO RAÍL DE ACERO?
¿UNA SONRISA DE UN VELO?
¿CREES QUE PUEDES DISTINGUIR?
¿CONSIGUIERON HACERTE CAMBIAR
TUS HÉROES POR FANTASMAS?
¿CENIZAS ARDIENTES POR ÁRBOLES?
¿AIRE CALIENTE POR UNA BRISA FRESCA?
¿FRÍO CONFORT POR UN CAMBIO?
Y ¿CAMBIASTEUN PAPEL PRINCIPAL EN LA GUERRA
POR UN PAPEL PROTAGONISTA EN UNA JAULA?

OJALÁ, OJALÁ QUE ESTUVIERAS AQUÍ.
SOLO ÉRAMOS DOS ALMAS PERDIDAS
QUE NADAN EN UNA PECERA
AÑO TRAS AÑO
CORRIENDO SIEMPRE
SOBRE EL MISMO VIEJO CAMINO
¿QUE HEMOS ENCONTRADO?
LOS MISMOS MIEDOS DE SIEMPRE
OJALÁ QUE ESTUVIERAS AQUÍ.



A mi gran amiga Gala.