jueves, 24 de septiembre de 2009
miércoles, 15 de julio de 2009
LA MUJER ROTA-
Simone de Beavoir
24 de marzo
Listo. Colette y jean Pierre me esperaban. Cené en casa de ellos.
Me han acompañado hasta aquí. La ventana estaba negra; siempre estará negra.
Subimos la escalera, ellos dejaron las valijas en el living. No quise que Colette se quedara a dormir: tendré que acostubrarme. Me senté delante de la mesa. Estoy sentada. Y miro esas dos puertas: el ecritorio de Maurice; nuestra habitación. Cerradas. Una puerta cerrada, algo que acecha detrás. No se abrirá si yo no me muevo; jamás. Detener el tiempo y la vida.
Pero sé que me moveré. La puerta se abrirá lentamente y veré lo que hay detrás de la puerta. Es el porvenir. La puerta del porvenir va a abrirse. Lentamente. Implacablemente. Estoy sobre el umbral. No hay más que esta puerta y lo que acecha detrás. Tengo miedo. Y no puedo llamar a nadsie en mi auxilio.
Tengo miedo.
24 de marzo
Listo. Colette y jean Pierre me esperaban. Cené en casa de ellos.
Me han acompañado hasta aquí. La ventana estaba negra; siempre estará negra.
Subimos la escalera, ellos dejaron las valijas en el living. No quise que Colette se quedara a dormir: tendré que acostubrarme. Me senté delante de la mesa. Estoy sentada. Y miro esas dos puertas: el ecritorio de Maurice; nuestra habitación. Cerradas. Una puerta cerrada, algo que acecha detrás. No se abrirá si yo no me muevo; jamás. Detener el tiempo y la vida.
Pero sé que me moveré. La puerta se abrirá lentamente y veré lo que hay detrás de la puerta. Es el porvenir. La puerta del porvenir va a abrirse. Lentamente. Implacablemente. Estoy sobre el umbral. No hay más que esta puerta y lo que acecha detrás. Tengo miedo. Y no puedo llamar a nadsie en mi auxilio.
Tengo miedo.
miércoles, 22 de abril de 2009
CANCIÓN PSEUDO - SADO - ERO - MASO.
Autora- Elizabeth Neira.
Esta noche mi amor voy a ser tu hombre, voy a atacarte con la ferocidad de una cobra alzada
en mortal danza. Esta noche te amarraré a la cama
mi princesita de leche.
Pero primero afeitaré esa barba, ese pecho que es
una selva y las columnas perfectas de tus piernas
hasta hacerte parecer un maniquí.
Quiero tenerte ante mi desnudo como un cristal,
crucificado a la cama como un Cristo agónico.
Yo en cambio vestiré de cuero y púas,
como a ti te gusta...Caramelito
Antes de empezar untaré miel en la punta de tu
sexo y con mis calzoncitos fragantes haré
una bola para taponear tu boca.
Luego bailaré y bailaré con las piernas abiertas sobre ti,
y en cada bajada de la coreografía restregaré
mi sexo descubierto contra tu nariz.
Luego te lameré largamente,
morderé con delicadeza de
cirujano las rozas maduras y abiertas de tus
pezones, correré por tu cuerpo como un ejército
de hormigas devoradoras. No perdonaré rincón
alguno, cavidades secretas, túneles, montículos, articulaciones.
Sudarás, torcerás tus bracitos de ángel, tu respiración
me dará las pistas de tu agonía.
Finalmente me concentraré sólo en tu ya
muy erecto pene. Esa réplica tan simpática de ti y del
obelisco de Buenos Aires. Me detendré ahí, me
quedaré horas y horas, gastando saliva, abriendo
y cerrando la boca, de arriba hacia abajo, hasta
dislocar mi mandíbula y sentir en la punta húmeda
de mi lengua las descargas de tu desorden eléctrico.
Entonces en el momento más alto, cuando estés a
punto de reventar, mi bien, meteré mi dedo sodomita
por tu culo de virgen casta.
LO METERÉ HASTA EL FONDO, SIN CONTEMPLACIÓN NI VASELINA, CON UÑAS, ANILLOS Y TODO. HARÉ CÍRCULOS CON ÉL AHÍ DENTRO. TALADRARÉ COMO UN ENANITO VIOLADOR MIENTRAS TE RETUERCES DE DOLOR.
Y para terminar te regalaré mi boca, que sea ésta
la fuente donde descargues al fin la simiente tibia
que se agolpa en tus íntimos conductos.
Esta noche mi amor
voy a ser tu hombre.
Esta noche mi amor voy a ser tu hombre, voy a atacarte con la ferocidad de una cobra alzada
en mortal danza. Esta noche te amarraré a la cama
mi princesita de leche.
Pero primero afeitaré esa barba, ese pecho que es
una selva y las columnas perfectas de tus piernas
hasta hacerte parecer un maniquí.
Quiero tenerte ante mi desnudo como un cristal,
crucificado a la cama como un Cristo agónico.
Yo en cambio vestiré de cuero y púas,
como a ti te gusta...Caramelito
Antes de empezar untaré miel en la punta de tu
sexo y con mis calzoncitos fragantes haré
una bola para taponear tu boca.
Luego bailaré y bailaré con las piernas abiertas sobre ti,
y en cada bajada de la coreografía restregaré
mi sexo descubierto contra tu nariz.
Luego te lameré largamente,
morderé con delicadeza de
cirujano las rozas maduras y abiertas de tus
pezones, correré por tu cuerpo como un ejército
de hormigas devoradoras. No perdonaré rincón
alguno, cavidades secretas, túneles, montículos, articulaciones.
Sudarás, torcerás tus bracitos de ángel, tu respiración
me dará las pistas de tu agonía.
Finalmente me concentraré sólo en tu ya
muy erecto pene. Esa réplica tan simpática de ti y del
obelisco de Buenos Aires. Me detendré ahí, me
quedaré horas y horas, gastando saliva, abriendo
y cerrando la boca, de arriba hacia abajo, hasta
dislocar mi mandíbula y sentir en la punta húmeda
de mi lengua las descargas de tu desorden eléctrico.
Entonces en el momento más alto, cuando estés a
punto de reventar, mi bien, meteré mi dedo sodomita
por tu culo de virgen casta.
LO METERÉ HASTA EL FONDO, SIN CONTEMPLACIÓN NI VASELINA, CON UÑAS, ANILLOS Y TODO. HARÉ CÍRCULOS CON ÉL AHÍ DENTRO. TALADRARÉ COMO UN ENANITO VIOLADOR MIENTRAS TE RETUERCES DE DOLOR.
Y para terminar te regalaré mi boca, que sea ésta
la fuente donde descargues al fin la simiente tibia
que se agolpa en tus íntimos conductos.
Esta noche mi amor
voy a ser tu hombre.
martes, 6 de enero de 2009
Ella... (let me in the blues) XII
Llegué a mi casa con el último aliento, agitada como si hubiera atravesado un desierto-Y de alguna manera lo acababa de atravesar –me dije al dar vuelta la llave, sólo que necesitaba tiempo para reflexionar y acomodar todas las visiones que había tenido unas cuadras atrás.
Me tomaría un baño, la sal de la transpiración seguía dándome calor.
Ya bajo la ducha pensaba con más claridad, Ella estaba tranquila, confiaba en las percepciones de esa tarde y yo empecé a serenarme.
El ruido del agua cayendo sobre el piso parecía el eco de muchas risas que invadían mi intimidad, me sentí descubierta entonces y fui dándome cuenta de que estaba eufórica en realidad pero que por alguna razón me costaba notarlo.
Me asusté, cerré la canilla intentando persuadir esa sensación casi libidinosa, no podía detenerme entre tanta confusión, no quería disfrutar de algo sin saber qué era lo que me estaba pasando, no estaba dejando que las cosas sean.
La imagen de Leia Disna aparecía en todos mis pensamientos.
Me tomaría un baño, la sal de la transpiración seguía dándome calor.
Ya bajo la ducha pensaba con más claridad, Ella estaba tranquila, confiaba en las percepciones de esa tarde y yo empecé a serenarme.
El ruido del agua cayendo sobre el piso parecía el eco de muchas risas que invadían mi intimidad, me sentí descubierta entonces y fui dándome cuenta de que estaba eufórica en realidad pero que por alguna razón me costaba notarlo.
Me asusté, cerré la canilla intentando persuadir esa sensación casi libidinosa, no podía detenerme entre tanta confusión, no quería disfrutar de algo sin saber qué era lo que me estaba pasando, no estaba dejando que las cosas sean.
La imagen de Leia Disna aparecía en todos mis pensamientos.
lunes, 29 de diciembre de 2008
Ella... (let me in the blues) XI
Salí de la tienda con la sensación de que había dado con la persona que me ensañaría no sólo a cantar, sino todo lo que debería saber en este momento de mi vida. Como si esta mujer hubiera sido ideada por el destino y empujada a mi encuentro, saliendo de un rincón del camino en el momento preciso en el que yo tenía que aprehender lo que hasta ahora era un secreto, un secreto para mí y para Ella. Algo casi inevitable y necesario para seguir viviendo, esta mujer iba a develarlo.
Y camine hasta mi casa bajo el sol del medio día, por primera vez las cuadras se me hacían interminables, veredas largas y pegajosas como mis reflexiones en ese momento, los pensamientos se movían de manera extraña, sin fuerzas como empalagados.
Cada paso era una idea, no tan rápida como pesada y llegar al final de la cuadra era redondear un concepto, tomar una decisión pero al empezar la cuadra siguiente todo perdía forma, se desbordaban los pensamiento abarcados. Mi cabeza era una gran confusión, las ideas se apelmazaban y yo podía sentir cómo los pensamientos ocupaban lugar en la mente.
El sol de ese medio día ya no era el mismo de siempre.
Y camine hasta mi casa bajo el sol del medio día, por primera vez las cuadras se me hacían interminables, veredas largas y pegajosas como mis reflexiones en ese momento, los pensamientos se movían de manera extraña, sin fuerzas como empalagados.
Cada paso era una idea, no tan rápida como pesada y llegar al final de la cuadra era redondear un concepto, tomar una decisión pero al empezar la cuadra siguiente todo perdía forma, se desbordaban los pensamiento abarcados. Mi cabeza era una gran confusión, las ideas se apelmazaban y yo podía sentir cómo los pensamientos ocupaban lugar en la mente.
El sol de ese medio día ya no era el mismo de siempre.
lunes, 15 de diciembre de 2008
Ella... (let me in the blues) X
Las cosas en general escapan a mi control. Y si es así tengo que dejar que las cosas sean.
Sin juicio, sin valor, sin hacer trampa. Ella sabía muy bien hacer trampa, la mayoría de las veces yo no me daba cuenta, era su mayor habilidad.
Pero precisamente las trampas eran mis mayores obstáculos. Ella se entretenía enredando mis sentimientos, asfixiaba el placer, no dejaba que el deseo se desenvuelva ni dentro ni fuera de mi cuerpo. Las cosas no podían ser.
Había un lugar donde yo, de alguna manera si no podía controlarla a Ella, por lo menos escapaba de su control y ese lugar era la voz. Este espacio liberaba las distorsiones que tensionaban en el interior. La voz era tierra franca, era zona deliberada, lugar de nadie o de todos los que la escuchaban, era expresión y ya no tenía dueño, sobrepasaba todo tipo de control.
Me gustaba cantar, así que busqué alguien que supiera darme clases y conocí
a una mujer que tenía un negocio de telas a pocas cuadras de mi casa.
Había sido una bailarina de vodeville muy reconocida en su juventud pero su vida estaba llena de desilusiones y se fue oscureciendo hasta abandonarse en la soledad de sus cuarenta años y un cuerpo marchito por la luces del éxito. Ahora sólo se dedicaba a cantar y a enseñar técnicas de afinación en su casa donde vivía con la compañía de nueve gatos.
Y me entregó una tarjeta de presentación sostenida por una mano temblorosa llena de anillos. Su nombre era Leia Disna.
Sin juicio, sin valor, sin hacer trampa. Ella sabía muy bien hacer trampa, la mayoría de las veces yo no me daba cuenta, era su mayor habilidad.
Pero precisamente las trampas eran mis mayores obstáculos. Ella se entretenía enredando mis sentimientos, asfixiaba el placer, no dejaba que el deseo se desenvuelva ni dentro ni fuera de mi cuerpo. Las cosas no podían ser.
Había un lugar donde yo, de alguna manera si no podía controlarla a Ella, por lo menos escapaba de su control y ese lugar era la voz. Este espacio liberaba las distorsiones que tensionaban en el interior. La voz era tierra franca, era zona deliberada, lugar de nadie o de todos los que la escuchaban, era expresión y ya no tenía dueño, sobrepasaba todo tipo de control.
Me gustaba cantar, así que busqué alguien que supiera darme clases y conocí
a una mujer que tenía un negocio de telas a pocas cuadras de mi casa.
Había sido una bailarina de vodeville muy reconocida en su juventud pero su vida estaba llena de desilusiones y se fue oscureciendo hasta abandonarse en la soledad de sus cuarenta años y un cuerpo marchito por la luces del éxito. Ahora sólo se dedicaba a cantar y a enseñar técnicas de afinación en su casa donde vivía con la compañía de nueve gatos.
Y me entregó una tarjeta de presentación sostenida por una mano temblorosa llena de anillos. Su nombre era Leia Disna.
miércoles, 10 de diciembre de 2008
I wish you where here -Pink Floyd
ASÍ QUE CREES QUE SABES DISTINGUIR
EL CIELO DEL INFIERNO
EL CIELO AZUL DEL DOLOR
¿SABES DISTINGUIR UN CAMPO VERDE
DE UN FRÍO RAÍL DE ACERO?
¿UNA SONRISA DE UN VELO?
¿CREES QUE PUEDES DISTINGUIR?
¿CONSIGUIERON HACERTE CAMBIAR
TUS HÉROES POR FANTASMAS?
¿CENIZAS ARDIENTES POR ÁRBOLES?
¿AIRE CALIENTE POR UNA BRISA FRESCA?
¿FRÍO CONFORT POR UN CAMBIO?
Y ¿CAMBIASTEUN PAPEL PRINCIPAL EN LA GUERRA
POR UN PAPEL PROTAGONISTA EN UNA JAULA?
OJALÁ, OJALÁ QUE ESTUVIERAS AQUÍ.
SOLO ÉRAMOS DOS ALMAS PERDIDAS
QUE NADAN EN UNA PECERA
AÑO TRAS AÑO
CORRIENDO SIEMPRE
SOBRE EL MISMO VIEJO CAMINO
¿QUE HEMOS ENCONTRADO?
LOS MISMOS MIEDOS DE SIEMPRE
OJALÁ QUE ESTUVIERAS AQUÍ.
A mi gran amiga Gala.
EL CIELO DEL INFIERNO
EL CIELO AZUL DEL DOLOR
¿SABES DISTINGUIR UN CAMPO VERDE
DE UN FRÍO RAÍL DE ACERO?
¿UNA SONRISA DE UN VELO?
¿CREES QUE PUEDES DISTINGUIR?
¿CONSIGUIERON HACERTE CAMBIAR
TUS HÉROES POR FANTASMAS?
¿CENIZAS ARDIENTES POR ÁRBOLES?
¿AIRE CALIENTE POR UNA BRISA FRESCA?
¿FRÍO CONFORT POR UN CAMBIO?
Y ¿CAMBIASTEUN PAPEL PRINCIPAL EN LA GUERRA
POR UN PAPEL PROTAGONISTA EN UNA JAULA?
OJALÁ, OJALÁ QUE ESTUVIERAS AQUÍ.
SOLO ÉRAMOS DOS ALMAS PERDIDAS
QUE NADAN EN UNA PECERA
AÑO TRAS AÑO
CORRIENDO SIEMPRE
SOBRE EL MISMO VIEJO CAMINO
¿QUE HEMOS ENCONTRADO?
LOS MISMOS MIEDOS DE SIEMPRE
OJALÁ QUE ESTUVIERAS AQUÍ.
A mi gran amiga Gala.
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