lunes, 29 de diciembre de 2008

Ella... (let me in the blues) XI

Salí de la tienda con la sensación de que había dado con la persona que me ensañaría no sólo a cantar, sino todo lo que debería saber en este momento de mi vida. Como si esta mujer hubiera sido ideada por el destino y empujada a mi encuentro, saliendo de un rincón del camino en el momento preciso en el que yo tenía que aprehender lo que hasta ahora era un secreto, un secreto para mí y para Ella. Algo casi inevitable y necesario para seguir viviendo, esta mujer iba a develarlo.
Y camine hasta mi casa bajo el sol del medio día, por primera vez las cuadras se me hacían interminables, veredas largas y pegajosas como mis reflexiones en ese momento, los pensamientos se movían de manera extraña, sin fuerzas como empalagados.
Cada paso era una idea, no tan rápida como pesada y llegar al final de la cuadra era redondear un concepto, tomar una decisión pero al empezar la cuadra siguiente todo perdía forma, se desbordaban los pensamiento abarcados. Mi cabeza era una gran confusión, las ideas se apelmazaban y yo podía sentir cómo los pensamientos ocupaban lugar en la mente.
El sol de ese medio día ya no era el mismo de siempre.

1 comentario:

El payador dijo...

existir develando secretos
abriendo el alma y la cabeza
así da gusto pasar los días