lunes, 29 de septiembre de 2008

Ella... (let me in the blues) VII

Ese domingo yo había dormido profundo hasta tarde.
Me extraviaba boca arriba
en posiciones cómodas
en movimientos placidos
que me desorientaban al volver repentinamente
a un presente estático.

Había soñado con el.
El refluía de las catacumbas y estaba conmigo
diciéndome palabras tan suaves que me daban ganas de llorar
pero no lloraba, el aire cálido se volvía húmedo, pesado
entonces llovía y el me seguía por la calle
sabía que donde yo fuera lo iba a estar esperando
se sentía en el aire pegajoso como el azúcar
mientras se va derritiendo bajo el sol.
Ahora me sentía dulce
y me daba cuenta porque el me hablaba
con la ternura con la que se le habla a los niños,
como contándome un cuento
me decía - quiero hacer una poesía de vos –acariciándome suave
hamacando mi cuerpo colgado de sus brazos
que le entregue mi peso, mi fuerza, mis deseos y mis penas
para estar liviana y poder suspenderme en la atmósfera
y ser sólo espíritu.

No era la muerte
era un sueño
no existía la muerte entre nosotros.

1 comentario:

Dina Grokop dijo...

Que hermoso!!! bellísimas imágenes!! te leo siempre, me sorprendo siempre!! besos!!