jueves, 14 de agosto de 2008

Dulce carmesí

En la sombra
espero el veneno que clavan millones de agujas.
El dolor se vuelve azul, se sumerge, se hunde.
El brillo en los dientes de quien me devuelve la sonrisa
fugaz corriente.

A mi alrededor van y vienen sin distancia
son los destapaojos.
Alguien grita a mi derecha
está solo y me río
pero sigue gritando.

Bajo los ojos, no muy abajo
hoy no voy a pasear por las tumbas
hace calor y alguien me está hablando.
Lo entiendo, pero no lo escucho.
Me roza la frente con sus labios
y ya estamos caminando juntos por las calles
( parecen de cuento, angostas y bajas)

Me lo pide dulce y extraño
lo hace fuerte pero rápido
cierro los ojos y aprieto mis manos sobre su espalda.
Se aferra de mi pelo, nadie nos ve...

se corta la respiración contra la pared

(en la oscura vereda)

No hay comentarios: