lunes, 11 de agosto de 2008

Ella... (let me in the blues)

III
Al final eso era justo, porque yo no podía llevarla de un lado para el otro, me resultaba muy complicado estar con otras personas al mando de ella, no aplacaba su necesidad de convertirse en el centro de las situaciones, descargaba toda mi ansiedad de manera física, era como trasformarme en un tic nervioso. Ella era muy extremista, a decir verdad catastrófica. Internamente era así como funcionaba conmigo, estábamos en constante disputa. Pero esta distancia había crecido con la aparición de el en nuestra vida. Ella había tomado el protagonismo de mi vida, y era la mas espontánea y vulnerable de mis fantasías. Ella vivía de las ilusiones y los deseos. Era en esencia peligrosa y nociva, pero carecía de maldad voluntaria. No respondía a los límites de madurez, no tenia edad que marcara su existencia.
Yo la acompañaba y en todo caso tenía que comprenderla, tratar de entender su razonamiento. Si el quería el amor que yo tenía para dar tendría que enamorarla a ella primero.
Inevitablemente yo estoy ahderida a ella, soy su prolongación, yo evoluciono tengo recuerdos, conozco la soledad, siento dolor, miedo.
Vos no confiaste en el amor que ella tenía para darte, no le creiste, eso le decías cuando te invadía la sensación de extrañeza. En ese momento ella se sintió herida, perseguida, creo que llegaste a ofenderla. Ella no es propiedad de nadie, yo solo convivo con ella, no se de donde viene ni a donde va, pero ella me necesita.

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